domingo, 12 de mayo de 2013

ESTRICTOS CONTROLES Y SEVERAS SANCIONES II



ABRIENDO CAMINOS
 Hacia un Nuevo Orden de Vida para el mundo


                                                                                           Columna popular de Virgilio Jiménez 
                                                                                     blogs: escribano-nuevoordendevida.blogspot.com
                                                                                         Caracas, abril 29 año 2013
           ¿A quien o a quienes se debería responsabilizar por el incumplimiento de aquellos trabajadores mala conducta, que se convierten en incorregibles reposeros, impuntuales, irrespetuosos, incumplidos en la realización  de sus tareas y desinteresados en su propia superación técnica productiva ?
 Los responsables directos tienen que ser en primer término, los jefes o superiores inmediatos; en segundo término, el jefe de esos jefes; el  administrador, gerente, o presidente de la entidad a la que prestan sus servicios los trabajadores, y en último término, las inapropiadas políticas del alto gobierno.
Por ejemplo: La sustracción de bienes por parte de servidores públicos de la nación, ya sea en objetos o en dinero efectivo, es sólo la forma física visible del robo; pero hay otro robo mucho mas abundante que no se puede ver a simple vista, aunque todos los días ocurre; pero solo se palpa y se ve los días de pago, pués ese robo es en tiempo, cuando por ausencia se deja de hacer lo que al ladrón del tiempo corresponde en su horario de trabajo.  Pero, si no existen controles, ¿como puede saberse el momento de entrada y de salida de cada quien a su puesto de trabajo?  ¿Como puede saberse lo que hace y como  hace el trabajador lo que le corresponde?
 ¿Y si además de controles, no hay tampoco sanciones?  ¿Como podrían corregirse las faltas? Ocurre que son insuficientes las sanciones por mala conducta laboral, al menos en la Administración Pública, eso es lo más corriente. ¿Y  por qué persiste la mala conducta?  Pues por la existencia de la impunidad.  Pareciera se ignorase que: donde se habitúa la impunidad se desparrama la anarquía.  Y con anarquía, no puede haber orden, ni menos rendimiento.
No puede ser que un funcionario que llegue a caer en actos de corrupción, impuntualidad, inasistencia sin causa justificada, insubordinación contra superiores ajustados a normas y procedimientos internos, o incorrección contra sus compañeros de trabajo,  se le permita continuar esparciendo su mala conducta sin ninguna sanción.  Como tampoco sería tolerable por parte de los trabajadores que un jefe prevalido  de su posición de mando, pretenda abusar de los derechos de los trabajadores de conducta ejemplar.  Recordad: No existen derechos sin deberes
   Entonces, cuando la incorrección de un grupo de trabajadores en el cumplimiento  de sus obligaciones llega a ser generalizado, y se hace difícil la rectificación, no queda otra que sancionar a quien o quienes sean los responsables del control y la eficiencia grupal.

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