ABRIENDO CAMINOS
Hacia
un Nuevo Orden de Vida para el mundo
Columna popular de Virgilio Jiménez
blogs: escribano-nuevoordendevida.blogspot.com
Caracas, abril 29 año 2013
¿A quien o a quienes se debería responsabilizar por el
incumplimiento de aquellos trabajadores mala conducta, que se convierten en
incorregibles reposeros, impuntuales, irrespetuosos, incumplidos en la
realización de sus tareas y
desinteresados en su propia superación técnica productiva ?
Los responsables directos tienen que ser en primer término, los jefes o
superiores inmediatos; en segundo término, el jefe de esos jefes; el administrador, gerente, o presidente de la
entidad a la que prestan sus servicios los trabajadores, y en último término,
las inapropiadas políticas del alto gobierno.
Por ejemplo: La sustracción de bienes por parte de servidores públicos
de la nación, ya sea en objetos o en dinero efectivo, es sólo la forma física
visible del robo; pero hay otro robo mucho mas abundante que no se puede ver a
simple vista, aunque todos los días ocurre; pero solo se palpa y se ve los días
de pago, pués ese robo es en tiempo, cuando por ausencia se deja de hacer lo
que al ladrón del tiempo corresponde en su horario de trabajo. Pero, si no existen controles, ¿como puede
saberse el momento de entrada y de salida de cada quien a su puesto de
trabajo? ¿Como puede saberse lo que hace
y como hace el trabajador lo que le
corresponde?
¿Y si además de controles, no hay tampoco sanciones? ¿Como podrían corregirse las faltas? Ocurre
que son insuficientes las sanciones por mala conducta laboral, al menos en la
Administración Pública, eso es lo más corriente. ¿Y por qué persiste la mala conducta? Pues por la existencia de la impunidad. Pareciera se ignorase que: donde se
habitúa la impunidad se desparrama la anarquía. Y con anarquía, no puede haber orden, ni
menos rendimiento.
No puede ser que un funcionario que llegue a caer en actos de
corrupción, impuntualidad, inasistencia sin causa justificada, insubordinación
contra superiores ajustados a normas y procedimientos internos, o incorrección
contra sus compañeros de trabajo, se le
permita continuar esparciendo su mala conducta sin ninguna sanción. Como tampoco sería tolerable por parte de los
trabajadores que un jefe prevalido de su
posición de mando, pretenda abusar de los derechos de los trabajadores de
conducta ejemplar. Recordad: No
existen derechos sin deberes
Entonces, cuando la
incorrección de un grupo de trabajadores en el cumplimiento de sus obligaciones llega a ser generalizado,
y se hace difícil la rectificación, no queda otra que sancionar a quien o
quienes sean los responsables del control y la eficiencia grupal.
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